Roman Holiday (1953), ganadora de tres premios
Oscar (mejor actriz para
Audrey Hepburn, mejor narración para el cine y mejor vestuario), narra la historia de la
princesa Anna (Audrey Hepburn) durante su estancia en
Roma.
La joven princesa,
harta cansada de su exigente papel de princesa, decide escapar del palacio en el que se hospeda y salir por ahí a descubrir la ciudad de Roma.
Por el camino, conocerá a un americano,
Joe Bradley (Gregory Peck), que resulta ser un periodista ante la que podría ser la exclusiva de su vida: pasar unas horas con la princesa de moda.
Y ahora os presento unas cuantas de mis escenas favoritas de la película:
La primera, la escena en la que la
princesa Anna deja que un peculiar peluquero le corte su larguísima melena.
La segunda, es la escena en la que la princesa, no puede aguantar más lo tacones y decide quitarse uno (lo mejor es lo que sucede con el zapato, pero no quiero estropear a quien no lo haya visto la escena)
Y por último, el momento en que
Joe insiste a
Anna para que meta la mano en
La boca de la verdad. Lo mejor de esta escena, es que se trata de una broma que
Gregory Peck quiso gastar a
Audrey. Al director (
William Wyler) le gustó tanto la reacción de
Hepburn, que decidió incluirla en la cinta.
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